martes, 15 de mayo de 2012


Desde las más tempranas civilizaciones hasta la actualidad los datos espaciales han sido recopilados por los navegantes, geógrafos y agrimensores para ser almacenados en un código o forma pictórica por los cartógrafos.
En tiempo de los romanos, los agrimensores eran una parte importante del gobierno y los resultados de su labor aún son patentes de forma vestigial en los ecosistemas europeos en la actualidad. La Caída del Imperio Romano propició el derrumbamiento de la agrimensura y la creación de mapas, que más tarde revivió con los descubrimientos geográficos que se produjeron en el Renacimiento.
En el siglo XVII, cartógrafos especializados como Mercator demostraron que no sólo el uso de un sistema de proyección matemático y un ajustado sistema de coordenadas mejoraba la fiabilidad de las medidas y la localización de las áreas de tierra, sino que el registro de fenómenos espaciales a través de un modelo convenido de distribución de fenómenos naturales y asentamientos humanos era de un valor incalculable para la navegación, para la búsqueda de rutas y en la estrategia militar. 

En el siglo XVIII, los países europeos habían llegado a un estado de organización en el que la mayoría de gobiernos se había dado cuenta del valor del cartografiado sistemático de sus tierras. La Geographical Information Society fue creada a partir del establecimiento de los organismos de gobierno nacional cuyo mandato fue la producción de mapas catastrales y topográficos de todos los países. Estos institutos han continuado hasta hoy en la representación de la distribución espacial de las características de la superficie de la Tierra, o topografía, en forma de mapa.

Durante los últimos 200 años la mayoría de estilos individuales de mapas habían sido desarrollados, pero ha habido muchas tradiciones en los estándares de la cartografía que no se han roto y que han continuado hasta el presente. Como el estudio científicoterrestre avanzaba, se empezaron a necesitar distintos tipos de atributos para ser mapeados. El estudio de la Tierra y sus recursos naturales (geofísicos, geodésicos, geológicos, geomorfológicos, edafológicos, ecológicos y territoriales) que empezó en el siglo XIX ha continuado hasta hoy.

En el siglo XX la demanda de mapas topográficos y de recursos naturales ha acelerado el desarrollo de técnicas de estereofotogrametría e imagen satélite, para la elaboración de mapas de grandes áreas con gran precisión. Antes de la aplicación de los ordenadores al cartografiado, todos los mapas tenían en común que las bases de datos espaciales estaban dibujadas en soporte de papel o film. Toda la información se encontraba codificada en líneas, puntos o áreas, y las entidades básicas se presentaban mediante símbolos, colores o
códigos de texto, todos ellos explicados en una leyenda adjunta. Al haber gran cantidad de características espaciales que pueden ser representadas en un mismo mapa aparecen los primeros mapas temáticos creados con un propósito específico, debido a que éstos contienen la información sobre un propósito o tema único, por ejemplo: mapa geológico, mapa topográfico, etc. Puesto que las primeras bases de datos estaban en un soporte de papel y compuestas por su correspondiente memoria, esto suponía un grave inconveniente o limitación. Esto se ha conseguido paliar por el uso del ordenador en la cartografía; ya que superponer más de 3 mapas temáticos en plantillas transparentes no es manejable ni preciso, por tanto los análisis espaciales quedan muy restringidos.

Durante las décadas de 1960 y 1970 se empezaron a utilizar los ordenadores para las tareas de realización de mapas. El objetivo inicial era conocer datos de los recursos naturales del suelo y del paisaje, los cuales podían ser utilizados para la gestión de recursos, evaluación y planificación.

Los Sistemas de Información Geográfica (S.I.G.) se han desarrollado paralelos a las técnicas aplicadas al cartografiado y análisis espacial. Estos sistemas han estado demandados por distintas áreas del conocimiento que tienen muchas coincidencias en sus bases. Así, se pueden citar como núcleo de interrelación a la topografía, cartografía temática, geografía, ingeniería civil, planificación rural y urbana, edafología, inventariado, fotogrametría, etc. Las últimas incorporaciones han sido la utilización de las redes informáticas, los sensores remotos y el análisis de la imagen satélite.

Las ventajas del uso del ordenador a las aplicaciones S.I.G. son innumerables, permiten: una realización rápida y de bajo coste, generación de mapas para necesidades específicas, facilitan la realización de análisis por conjunción de paquetes estadísticos y S.I.G., minimización del uso de mapas impresos como almacén de información, creación de mapas en 3D de difícil ejecución manual, fácil actualización y revisión al estar en una base de datos digitales modificable.

En la actualidad, la fotografía aérea y especialmente la imagen satélite hacen posible la interpretación dinámica de los paisajes y sus cambios a lo largo del tiempo. Acontecimientos como el avance de la erosión, la distribución de los incendios forestales, la expansión de las ciudades,... pueden ser seguidos e interpretados espacialmente gracias a la incorporación de esta información en bases de datos digitales por ordenador. Por este motivo, los datos digitales se encuentran codificados como elementos gráficos de un S.I.G. que permiten un rápido análisis. 

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